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Long Island o la isla de Inishfada

Irlanda es un destino con muchas islas que visitar. Cada una de ellas es dueña de un encanto especial, y hoy descubriremos qué tiene para ofrecernos Long Island, una isla de West Cork. También conocida como Inishfada, esta isla recibió su apodo de la peculiar proporción que la caracteriza: casi 5 kilómetros de largo y menos de un kilómetro de ancho la hacen lucir ciertamente extraña, pero no por ello menos encantadora.

Llegar a la isla solo toma 10 minutos en bote desde Schull, por lo que es ideal para un paseo de una jornada. Long Island combina hermosas playas con arquitectura de principios del siglo XX, y solo unas horas recorriendo sus senderos son suficientes para sentirse de regreso en el tiempo, en un sitio casi desconectado de la vida diaria en las ciudades modernas.

Y no es para menos: actualmente, la isla se encuentra apenas habitada, con unos 20 residentes que se dedican a la agricultura y la ganadería en pequeña escala, para consumo propio. Habitan mayormente en el norte de la isla, en el centro del territorio.

El ícono indiscutido de la isla es su Torre Blanca, un faro situado en el extremo oriental, señalando el ingreso a la bahía Schull. Si bien la torre en sí no destaca por su arquitectura, el escenario natural en el que se encuentra enclavada es realmente encantador.

Sin dudas, una visita a esta isla es ideal para realizar caminatas y senderismo. Un camino marcado se extiende a lo largo de Long Island, de este a oeste, permitiendo descubrir su naturaleza.

En los meses de julio y agosto es cuando esta bella isla de Irlanda recibe el mayor número de visitantes. Y dada la brevedad de su territorio, no es necesario un gran contingente turístico para encontrarla saturada. Por lo que resulta recomendable visitarla en los meses aledaños, en junio y octubre, para poder conocerla cómodamente.

Foto vía: @Jenny@