Irlanda y el pueblo celta, simbología mística

Si hay un pueblo que va ligado de manera indivisible y directa con Irlanda, ese es el pueblo celta. Esta civilización de origen prehistórico, que llegó a ocupar casi toda Europa, con diferentes asentamientos desde Portugal hasta Turquía, tuvo un especial calado en el país que nos ocupa, así como en los territorios vecinos del Reino Unido, aunque a nivel mundial la cultura que más se asocia con las raíces paganas célticas es quizás la irlandesa.

A pesar de la fuerza y el protagonismo que tiene la religión cristiana en el país, las tradiciones y símbolos celtas, como decíamos de carácter pagano, han ido sobreviviendo al paso del tiempo, en ocasiones incluso mezclándose con tradiciones y simbologías cristianas.

La cultura celta se fue transmitiendo de generación en generación de forma oral y a través de diferentes representaciones artísticas. Las lenguas celtas más antiguas, antecesoras del gaélico, no tenían caracteres con que ser representadas de forma escrita, pero sí disponían de una gran variedad de símbolos que servían para definir determinados conceptos y creencias, en general relacionados con su rica mitología.

SIMBOLOGÍA BÁSICA

– Números:

El 3 es el número sagrado de los celtas. Para ellos todos los elementos importantes se organizaban en conjuntos de tres, como por ejemplo el ciclo de la vida, formado por nacimiento, muerte y reencarnación o los tres elementos fundamentales del universo, tierra, aire y agua. Estos últimos los vemos representados en un símbolo llamado Triskel, formado por tres brazos unidos por un punto central. La Espiral de la Vida es una espiral triple, formada por tres «Triskels», simbolizando la creencia celta de que la vida se mueve en ciclos eternos. La variante principal de esta triple espiral sería el conocido como Símbolo de la Caldera, en que las tres espirales están rodeadas por un círculo, representando la transformación mediante el conocimiento.

El 4 representa lo que ellos consideraban «las cuatro esquinas de la Tierra», lo que nosotros entendemos hoy en día por puntos cardinales, que se ven representados en el Tetraskel, una espiral de cuatro brazos unidos por un punto central. Estas cuatro direcciones se representaban también a través de La Rueda del Ser, formada por cuatro círculos unidos por un quinto círculo común, cuya forma final recuerda bastante a la de los famosos tréboles de cuatro hojas, portadores de suerte por antonomasia.

El 5 representa los cinco elementos que constituyen el universo: tierra. aire, agua, fuego y espíritu; también las cinco etapas de la vida: nacimiento, juventud, edad adulta, vejez y muerte. Los cinco elementos que forman el universo se ven plasmados en el pentagrama, un símbolo esotérico que ha influenciado a diversas corrientes (entre ellas la brujería, el satanismo o el espiritismo). Se trata de una estrella de cinco puntas inscrita en un círculo que simboliza la conexión entre los cinco elementos universales, relacionados con el movimiento de Venus y sus ciclos estelares.

– Nudos:

Para los celtas el nudo simboliza el camino o proceso en la evolución que experimenta el alma humana, considerando ésta un fragmento divino que tras varias reencarnaciones, acabará volviendo a su origen.

• El Nudo de Triqueta o Nudo de la Eternidad, en forma de triángulo, simboliza el ciclo cerrado de la vida, la muerte y la reencarnación.
• Por su parte el Nudo de Tuim representa las cuatro estaciones del año y también cuatro de los elementos universales: tierra, aire, fuego y agua.

– Cruces:

Algunos expertos consideran que las cruces celtas son incluso más antiguas que las cristianas. De hecho los católicos unieron esos símbolos paganos con la cruz católica. En las cruces celtas las dos líneas cruzadas simbolizan los caminos que conducen a los cuatro extremos del mundo y el círculo que suele delimitar el centro, el punto dónde las dos barras se cruzan, representa el centro del mundo.

Como veis la espiritualidad de los celtas se basa en la naturaleza y en sus procesos. Estos y otros símbolos relacionados con este tipo de creencias han llegado hasta nuestros días a través de diferentes manifestaciones artísticas, y hoy en día gozan de una gran popularidad, especialmente en forma de tatuajes, (siendo de los más demandados) y en joyería; podemos encontrar todo tipo de amuletos en forma de colgantes, pendientes, anillos, broches y un larguísimo etcétera de reproducciones más que «ponibles» de estas mágicas figuras.

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