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Cobh, los colores de la nostalgia

Una de las cosas que más os llamará la atención de Irlanda es su hospitalidad. Si a esto le añadimos el sentido de la historia que existe en la pequeña ciudad de Cobh, cerca de Cork, la visita será de los más agradable. Para todos aquellos que os guste el mar, Cobh es vuestro destino en Irlanda. ¿Queréis saber porqué?.

El aire salado que embriaga Cobh os atrapará al instante. Nada más sentirlo, estaréis llamados a visitar su precioso puerto y su playa. Allí cualquiera puede echar la vista atrás y recordar cómo a principios de siglo, este puerto fue el último en el que encalló el Titanic antes de su funesto viaje inaugural al Atlántico Norte.

Desgraciadamente, a Cobh no sólo se le recuerda por el Titanic. Cerca de la playa hay un emotivo recuerdo a los cientos de hombres, mujeres y niños que perecieron en el hundimiento del Lusitania por un submarino alemán en 1915. Fue precisamente este hundimiento el que condujo directamente a que Estados Unidos entrase en la Primera Guerra Mundial.

Cobh ha estado siempre en el centro de grandes acontecimientos marítimos. La cercana ciudad de Cork la ha colocado en la encrucijada de la historia irlandesa, con el éxodo masivo de miles de personas, en busca de una vida mejor en Estados Unidos, durante la hambruna de la patata entre 1844 y 1848. Muchos de los barcos, la mayoría de ellos, zarparon del puerto de Cobh.

Del puerto de esta ciudad partieron miles de sueños, muchos de los cuales se quedaron en nada en las calles de Nueva York y Chicago. Sin embargo, para otros significó la última esperanza en un mundo mejor.

Hoy en día, la vista de la ciudad de Cobh es realmente preciosa y pintoresca, con sus casas de varios colores: azul, blanco, rosados y amarillos. Cualquiera de ellas podría haber venido de alguna plaza de Italia. Pero todas se abruman ante la presencia de la sombra de la Catedral de Saint Coleman, situada en el punto más alto de la ciudad, en la cima de una escarpada colina a la que se aferran las casas de colores.

Con un paisaje así, da gusto de entrar en cualquiera de los bares de la ciudad y saborear una clásica Guiness o un vaso de whisky. Acercaros mejor a la zona del muelle, y disfrutar del ambiente, con el sonido de fondo de la música tradicional irlandesa. No hay nada mejor que un lugar como Cobh, donde se suele apreciar la verdadera hospitalidad irlandesa. El recuerdo y la nostalgia salpicarán el horizonte de vuestra memoria.