Irlanda convierte las fortalezas en viviendas

Torre Martello en Irlanda

Irlanda cuenta con una gran riqueza arquitectónica. A lo largo de toda la isla se suceden castillos, iglesias, murallas y todo tipo de edificios históricos. Durante siglos y siglos fueron tomados por unos y otros, modificados en función del gusto de quien se hacía con ellos y, gracias a la acción del hombre, han podido llegar, algunos en buen estado hasta nuestros días, y otros ni siquiera han podido hacerlo por el deterioro que sufrieron con el paso del tiempo.

Eso ocurrió con los inmuebles del medievo y que cuentan con siglos y siglos a sus espaldas, pero no son los únicos. Una de las últimas modas en Irlanda es adquirir una fortaleza y reconvertirla en un hogar, y algunas de ellas incluso en alojamientos para turistas. Evidentemente, esto no es algo que esté al alcance de todos los bolsillos, sino más bien al de unos pocos. Uno de los primeros en apuntarse a esta moda fue Bono, el cantante de U2. El solista del grupo, todo un símbolo del país irlandés, se compró una fortaleza en Bray, un pequeño pueblo pesquero ubicado a unos 20 kilómetros, al sur de Dublín y que en los últimos años se ha convertido en uno de los refugios estivales de conocidos personajes irlandeses. El cantante ha remodelado la edificación y ya disfruta junto a su familia de la que es su nueva casa de verano.

Las fortificaciones cuentan con unas características muy peculiares y que serían difíciles de encontrar en otros edificios. Para empezar, y en el caso de gente famosa, ofrecen una intimidad singular, ya que es difícil que los paparazzis o los curiosos puedan acceder a ellos. Por otra parte es de destacar la privilegiada situación en la que se encuentran ya que, habitualmente, están a la vera del mar, y en muchos casos cerca de un acantilado. El levantarse por la mañana y al asomarse a la ventana ver el océano Atlántico embravecido, parece ser, que no tiene precio.

Su objetivo inicial es lo que explica esta peculiar ubicación, ya que fueron construidas para evitar que las tropas napoleónicas atacaran la costa irlandesa. Aunque llegó a haber unas 150 fortificaciones de este tipo construidas en toda Europa, incluso en Menorca, hoy en día quedan pocas de ellas en pie, lo que hace que haya poca oferta frente a mucha demanda y se encarezcan los precios. Por si tiene curiosidad por estos edificios sepa que están distribuidas en dos plantas, con una altura de 12 metros, y que cuando pertenecían a las tropas albergaban a 25 soldados y un oficial. Aunque algunas hayan pasado a manos privadas sí pueden observarse, desde una distancia prudente, y no es raro encontrarse a turistas en Bray preguntando por la fortaleza de Bono.

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