Un paseo por el Dublín más georgiano

 Dublin

Una de las cosas que más disfruté en mi viaje a Dublín fue contemplar la arquitectura georgiana tan presente en el centro de la ciudad. Hay muchas semejanzas entre los edificios del siglo XVIII en Dublín con los de otras ciudades de Gran Bretaña y Europa. Sin embargo, la arquitectura de Dublín tiene su propio sabor, y es fácil de distinguirla.

En Dublín, el principal material de construcción es el ladrillo. Calles y plazas contrastan con los edificios, dándole ese toque genuino. Los bares, con sus amplios ventanales, revelan un brillo interesante. Esta impresión de color se puso aún más de relieve gracias a las hermosas y clásicas puertas de madera, muchas de las cuales han sobrevivido hasta hoy.

El siglo XVIII provocó un rápido crecimiento en el tamaño y la población de Dublín. La ciudad prosperó, y las murallas medievales dieron paso a nuevas calles y plazas construidas a ambos lados del río Liffey. Se construyeron muchos puentes sobre el río, y las calles reflejaron la importancia de la ciudad.

La expansión de la ciudad hacia el este y el sureste fue muy significativa. Ya en 1720 se estaban desarrollando las zonas de Dawson y Molesworth Street. Comenzaron a venderse tierras en toda la explanada de Saint Stephen’s Green y en la cercana Fotzwilliam Estate. De 1750 en adelante se construyeron grandes casas alrededor de Merrion Square.

En los dos siglos que siguieron, cuando el Parlamento irlandés se disolvió y los diputados se trasladaron a Inglaterra, el declive económico y la agitación política se tradujeron en una mínima inversión hacia la arquitectura. El resultado de ello fue muy poca construcción , y todo el presupuesto se limitó a preservar las casas, calles y plazas georgianas.

Merrion Square, establecida ya en 1760, se considera la zona mejor conservada del Dublín georgiano. A lo largo de los años, muchas de las casas de la ciudad fueron las residencia de personajes ilustres de Dublín. Un paseo por sus calles nos hará encontrarnos con placas en honor de sus antiguos residentes, como la número 82 del poeta Yeats, o la número 1 de Oscar Wilde y sus padres.

Hoy en día podéis recorrer esta zona y apreciar los edificios y sus detalles arquitectónicos. Me podría haber pasado horas y horas en el centro de Dublín. Precisamente, hay varias rutas turísticas que lo recorren. Sólo tenéis que pasaros por cualquier Oficina de Turismo de la ciudad.

Foto Vía Dublin Edemokrate

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