La ciudad de Lisburn nos transporta de lleno hasta el siglo XVI. Esta pequeña ciudad se halla en Irlanda del Norte, y su historia tiene raíces muy profundas, algo que ha llevado a Lisburn a ser lo que es hoy.
La vida en Lisburn no se diferencia mucho de cualquier otra ciudad moderna. Los niños van a la escuela, luego vuelven a casa con sus familias, la gente trabaja, sale, se divierte… La única gran diferencia con respecto a otras ciudades es la gran belleza que pueden contemplar sus ojos todos los días. Las hermosas colinas y sus zonas verdes son privilegiadas para cualquiera que quiera perderse por aquí.
El famoso Museo de Lisburn nos saluda con sus magníficos y antiguos telares. Realmente impresionan a primera vista, ya que da una idea de lo difícil que tuvo que haber sido para la gente utilizar esta rueca para hacer su propia ropa y sus materiales.
El centro de arte de Lisburn ofrece una gloriosa muestra de alguna de las mejores obras de arte que se pueden encontrar en Irlanda. El centro ofrece también la posibilidad de aprender algunos de los trucos que conlleva la creación de una obra de arte, así como otros talleres, exposiciones y festivales. También hay un espacio para la música, el teatro y la literatura.
Durante vuestros días en Irlanda, si visitáis Lisburn también podréis disfrutar de algunas otras delicias, algo más normales, como las de ir a cenar a cualquier restaurante o bailar en alguna sala de fiesta. Todo por salir y pasar un buen rato. Y es que, estar en esta ciudad será como si no pasara nada en el mundo que hay a nuestro alrededor. ¿No os sorprendería estar en una ciudad que parece sacada del mundo real?. Está en Irlanda. Su nombre es Lisburn…
Foto Vía Rossplanning