La leyenda de la sirena y las vacas sagradas
La historia de Irlanda se ha ido alimentando durante siglos de leyendas y mitos que, a pesar de lo inverosímiles que puedan resultar se han transmitido de padres a hijos desde tiempos inmemoriales y se han convertido en historias que se dan como reales. Hoy vamos a hablar de una muy especial la de la sirena que anunció la llegada de tres vacas sagradas que supusieron un renacer económico para el país.
La historia no tiene fecha, pero sí un lugar en el que se desarrolló. Sería en la antigua Erin, en la costa oeste de Irlanda, lugar que actualmente ocuparía Oilean Inis Bo Finne, que toma su nombre de una de esas rumiantes.
La leyenda cuenta que una bella sirena llegó a una playa, donde fue recogida por el jefe de las tribus y tratada como una auténtica reina, debido a su gran belleza. Ella explicó que su visita se debía a que debía anunciar a los isleños la próxima llegada de las tres vacas sagradas, cuyos nombres eran Bo-Finn, Bo-Ruadh y Bo-Dhu y su misión llenar de ganado y riquezas las tierras de los campesinos.
Las fiestas y celebraciones por la buenanueva se sucedían día tras día y se agasajó a la ninfa con toda clase de manjares y regalos. Incluso la sacaron en procesión, llevándola por todas las casas de la isla, rodeándola de flores y tocando sus arpas. Pero tras un tiempo de festejos la sirena pidió volver al mar para reencontrarse con sus compañeras. El día de la despedida, y acompañada por otras ninfas les comunicó a los lugareños que en un año estuviesen allí para recibir a las vacas sagradas.
Así fue. 365 días después aparecieron en la playa (hay versiones de la leyenda que dicen que bajaron del cielo) tres reses: una blanca, una roja y otra negra. Cada una de ellas tomó un camino diferente. La vaca negra se dirigió al sur, la vaca roja al norte y la vaca blanca (the Bo-Finn) al centro de Irlanda y por todos los sitios por los que pasó incluyeron el Bo en su nombre y todos los pozos en los que bebió fueron llamados Tober-Bo-Finn y hasta hoy siguen llamándose así.
Bo ha llegado, con modificaciones hasta nuestros días, y es una de las palabras irlandesas más antiguas de cuantas se conocen. Bo-Finn engendró y dio origen a una gran raza que dio alimento y vestimenta a todo el país. Cuando se hizo mayor se retiró a una cueva cercana al lago Lough-na-Bo-banna (el lago de la vaca blanca como la nieve) y quedó dormida en un sueño eterno del que, según dice la leyenda, aún no ha despertado.
Foto Vía Flickr

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