Donadea Forest Park y el memorial 9/11, en Irlanda
Si nos alojamos en Dublín, tenemos la oportunidad de visitar a tan sólo 30 kilómetros de la ciudad un lugar maravilloso enmarcado por una naturaleza realmente hermosa. Se trata de Donadea Forest Park, situado al noroeste de Kildare, un parque forestal que ocupa nada más y nada menos que 243 hectáreas de bosque mixto. Muy frecuentado por las familias de la zona durante los fines de semana más calurosos y estivales.
Este lugar forma parte de la antigua finca de la familia Aylmer. La última Aylmer, la señorita Caroline, murió en 1935 dejando toda la propiedad a manos de la iglesia de Irlanda. No obstante, con el tiempo, la iglesia decidió vender el terreno al Estado.
Así, contando con tantos años de antigüedad como contaba esta familia llena de generaciones pasadas, no es de extrañar que la propiedad cuente con un sinfín de lugares históricos, como el resto del castillo donde habitaban, o jardines bellísimos, iglesias, torres etc.
Encontramos también un lago de unas 3 hectáreas lleno de patos y otras aves. Un lago que durante el verano se llena de lirios mostrando una imagen de lo más bucólica.
En todo el parque encontramos un sinfín de caminos diferentes, muchos de ellos adaptados para personas con movilidad reducida. Asimismo, también encontramos instalaciones como el café, que permanece abierto todo el año y en el que podremos reponer fuerzas tras nuestra larga jornada en el parque.
Entre naturaleza y ruinas, también encontramos un lugar un poco más contemporáneo con muchísimo significado. Se trata del Memorial 9/11.
El 11 de septiembre de 2001, junto con más de 300 miembros de los servicios de emergencia de Nueva York, falleció un joven americano irlandés, Sean Tallon, en los atentados de las Torres Gemelas del World Trade Center.
Este joven pertenecía a una familia nacida en Donadea que mantenía gran relación con habitantes del pueblo. Durante el año anterior, el joven había visitado durante un tiempo el lugar, conmocionando así la noticia a toda la comunidad.
La muerte de Sean, así como los trágicos acontecimientos vividos ese día de septiembre, hicieron que en Donadea Forest Park se organizara la plantación ceremonial de una encina. Se invitó a representantes del Departamento de Policía de Nueva York y del Departamento de Bomberos. Así, el evento contó con la participación de más de 5.000 miembros que mostraban respeto y admiración por todos los fallecidos.
La participación fue tal, que posteriormente se creó un comité Donadea del 9/11 para crear un monumento permanente dentro del parque. Este monumento fue presentado el 21 de septiembre de 2003, y desde entonces permanece aquí, en conmemoración de todos los fallecidos en los ataques terroristas de 2001 a Estados Unidos.
Debemos pagar una entrada de unos 4 euros aproximadamente, además, también existen pases de temporada por unos 30 euros.
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Foto vía: irene-in-irland

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